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High-up view of Rio and the water it abuts.
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La ciudad de Río de Janeiro se encuentra dentro del hotspot. El Bosque Atlántico es el hogar de aproximadamente el 70 por ciento de la población humana de Brasil, lo que ejerce una enorme presión sobre los recursos del hotspot.
Créditos: 
© Christoph Diewald/Flickr Creative Commons

La Mata Atlántica alberga los mayores centros industriales y silvícolas de Brasil y los centros urbanos más poblados. La mayoría de los ecosistemas naturales ya han sido eliminados. La gran mayoría de las especies animales y vegetales amenazadas de extinción en Brasil están representadas en la Mata Atlántica. Las principales amenazas a la biodiversidad del hotspot incluyen:

Deforestación

La deforestación en el estado de Bahía comenzó con la explotación comercial de palo de Brasil y se expandió debido a la agricultura y al pastoreo de ganado. La madera de Brasil se usó originalmente en la producción de carbón vegetal, pero más recientemente como material de construcción para viviendas. Las plantaciones de café y eucalipto y los pastos para ganado son los usos de suelo predominantes en la región.

Uso intensivo de la tierra

A principios del siglo XIX, el café era un cultivo comercial en el estado de Minas Gerais. El cultivo del café se extendió por la Zona da Mata y la Serra da Mantiqueira. Las plantaciones de café se expandieron a través de los bosques, pero se cultivaron en las colinas entre las cadenas montañosas, restringiendo los bosques nativos a las cimas de las colinas. La tierra desigual y las técnicas de cultivo insostenibles causaron una grave erosión y agotamiento del suelo. Los cafetales dieron paso entonces a los pastizales, que se extendieron hasta las cimas de los cerros, fragmentando aún más los remanentes de bosque.

En el estado de Espírito Santo, el café es una importante fuente de ingresos y las plantaciones representan una grave amenaza para el bosque. En la década de 1960, cuando la industria del café se vio afectada por la caída de los precios, el pastoreo de ganado surgió como una alternativa, provocando una nueva y extensa deforestación en el estado.

Expansión urbana e industrialización

El aumento de la presencia humana cerca de áreas boscosas es una amenaza constante para la biodiversidad, principalmente debido a actividades de extracción a pequeña escala como la caza; recolectar plantas ornamentales y medicinales; captura de pájaros cantores y pájaros ornamentales; y la caza furtiva. La contaminación grave del agua por emisiones de alcantarillado sin tratar, el terraplén intencional de lagos y la deforestación de manglares y restingas también son efectos comunes de la expansión urbana en esta área.

Cosecha de leña

La mayor parte de la madera extraída en Espírito Santo se utiliza como leña o carbón vegetal. Hoy en día, gran parte de la madera utilizada como fuente de energía es madera rechazada por la industria de la celulosa; sin embargo, esto no es suficiente para satisfacer la demanda de leña para calefacción residencial y, como resultado, los ríos Santa María y Jucu, por ejemplo, todavía están bajo una intensa presión de deforestación.

Los bajos ingresos han sido uno de los principales factores en el uso de leña en las regiones forestales de Río de Janeiro. En el pasado, la explotación de los bosques para la producción de carbón ha sido un problema grave en el estado.

La caza furtiva de palmito

En los municipios de Resende e Itatiaia, la extracción ilegal de palmitos ha sido un problema grave. Bandas organizadas invaden y acampan en el bosque, transportan los palmitos, procesan y venden el producto. En unos pocos días, los cazadores furtivos pueden talar miles de palmeras, extraer el corazón de la palma y empaquetarlo para su transporte.

La caza furtiva y el comercio de animales

El comercio de vida silvestre afecta directamente a más de 200 especies brasileñas. Estos animales son explotados en ferias locales, y muchos son especies típicas de la Mata Atlántica.

La caza también ha contribuido a la disminución de la fauna en la Reserva Biológica Una y áreas adyacentes en Bahía. Los agricultores a pequeña escala cazan con más frecuencia que los agricultores a gran escala porque tienen necesidades de subsistencia más agudas. Aunque no se practica a gran escala, la caza deportiva también ha sido un problema ya que contribuye a la extinción local.

Lea más sobre estas y otras amenazas en nuestro perfil del ecosistema (PDF - 1.6 MB), también disponible en Portugués (PDF - 1.9 MB).